¿ESTAMOS CONSUMIENDO SUFICIENTE PROTEÍNA DIARIAMENTE?

Por: Prof. Diego A. Bonilla | director de MTX College

 

Las ingestas recomendadas de proteína para un adulto normal se pueden establecer en aproximadamente entre 0.8 g por kilogramo por día. Naturalmente, los requerimientos son mucho mayores para recién nacidos, niños, embarazadas, deportistas/atletas, etc., y menores en las últimas etapas de la vida (Dietary Guidelines Advisory Committee, 2010).

 

Estos requerimientos están basados en las consideraciones expuestas anteriormente pero se establecen de una manera práctica, valorando la ingesta y las pérdidas entre (heces, orina, sudor, descamación de piel y mucosa intestinal, pelo, etc.) se llega así a lo que se denomina balance corporal de nitrógeno que es la diferencia entre ambas magnitudes (Álvarez L & Iglesias I, 2004).

Dicho de otro modo, considerando que el contenido medio de nitrógeno en las proteínas de la dieta está estimado en un 16%, por medio de la relación entre el consumo de proteínas desde la dieta, y su eliminación desde el organismo, puede establecerse un balance de nitrógeno retenido (Nacleiro, et al., 2011).

 

Este balance es positivo cuando la ingesta supera las pérdidas, e indica un mayor “anabolismo proteico” porque el organismo retiene nitrógeno que en exceso estimula la síntesis proteica en las células del organismo (Poortmans JR, 1993; Di Pasquale M, 1997; Tipton & Wolf, 2001). Se produce cuando hay crecimiento o recuperación de una enfermedad. Por otro lado, cuando las pérdidas superan a la ingesta estamos ante un balance negativo (situaciones de ayuno, estrés, etc.); es decir, cuando se excreta más nitrógeno del que se consume, e indica un elevado “catabolismo proteico” (McArdle, et al. 2000). El balance cero o equilibrio nitrogenado caracteriza al adulto normal.

 

Pero ¿acaso estamos entrando en un nuevo paradigma nutricional?  ¿Por qué aún no se reevalúan las RDA?

 

El balance de nitrógeno es la medida convencional de las necesidades proteicas utilizada para confeccionar las RDA, y refleja la eficiencia de retención de nitrógeno bajo condiciones de balance energético. En este contexto, la ingesta de proteína por encima de los requerimientos establecidos para tener un correcto balance nitrogenado, ha sido vista como innecesaria y posiblemente insegura. Como ya se mencionó, la RDA para hombres y mujeres (19 años) es de 0.80 g de proteína de alta calidad por kilogramo de peso corporal por día, y está basada en el requerimiento mínimo proteico para alcanzar el balance de nitrógeno. Las pérdidas de nitrógeno reflejan el requerimiento diario a reemplazar de aminoácidos esenciales perdidos en vías de degradación y son estimadas a través de la colección de nitrógeno en orina, heces, respiración, piel y cabello, y extrapoladas a proteína dietaria.

 

Para la estimación de la RDA, o más específicamente, el Requerimiento Medio Estimado (EAR, Estimated Average Requirement), la proteína dietaria es valorada como la cantidad mínima que le permita al cuerpo conseguir el balance nitrogenado y usa una regresión monolinear para calcular el punto de cambio para EAR (Layman DK, et al. 2015).

 

Esto representa una tasa obligatoria de degradación de aminoácidos; sin embargo, esta tasa de pérdida de nitrógeno no tiene relación directa con otros roles metabólicos de los aminoácidos. Así, el planteamiento del balance de nitrógeno tiene como suposición inherente que los objetivos dietéticos para la ingesta de proteína son equiparables a la eficiencia de utilización de aminoácidos en las moléculas que contienen nitrógeno solamente.

 

Este enfoque singular de alcanzar la oxidación de aminoácidos más baja posible sugiere que un aumento de las concentraciones intracelulares de aminoácidos, o sus esqueletos carbonados de cetoácidos, es innecesario e incluso desfavorable. Aunque la RDA puede representar el mínimo requerido de aminoácidos para la mayoría de individuos saludables, ingestas mayores de aminoácidos esenciales pueden otorgar beneficios metabólicos, incluyendo una mejora en la composición corporal (ej., mantenimiento, crecimiento o función de la masa magra), incrementar la saciedad, aumentar la termogénesis o mejorar la regulación de la glucemia, además de contribuir a la recuperación luego de un trauma, cirugía o descanso en cama prolongado (Lemon PW, 1991; Murton AJ, 2015; Pasiakos SM, et al. 2015). Variables relacionadas con la masa muscular, fuerza y la función metabólica también han sido propuestas como otros puntos relevantes (Layman DK, et al. 2015).

 

Por otro lado, una propuesta alternativa al balance de nitrógeno es utilizar un trazador isotópico como indicador de la oxidación de aminoácidos (IAAO, Indicator Amino Acid Oxidation). El método IAAO está basado en el concepto que cuando un aminoácido esencial está deficiente, todos los demás aminoácidos (incluyendo el marcador isotópico del aminoácido) serán oxidados. A medida que la ingesta del aminoácido deficiente o limitante incrementa, la tasa de oxidación de los otros aminoácidos descenderá en tanto más aminoácidos son incorporados a proteínas.

 

El método IAAO usa una regresión bifásica para calcular el punto de cambio para EAR, y presuntamente refleja la cantidad mínima de proteína necesaria para crear una saturación del ARN transferente (tARN) para la síntesis proteica. El punto de más baja oxidación del aminoácido indicador es definido como el requerimiento del aminoácido limitante. Estudios realizados con el método IAAO han demostrado que los requerimientos proteicos puede llegar a ser de ≈ 1.2 g / kg / día, valor que es 40-50% más alto que el balance de nitrógeno y la RDA actual (Humayn MA, et al. 2007; Elango R, et al. 2008; Fukagawa NK, 2014; Marini JC, 2015; Layman DK, et al. 2015).

 

Tomado de: Consideraciones Metabólicas de las Proteínas.
Prof. Diego A. Bonilla Ocampo | Director de MTX College

 

Fuente: https://g-se.com/consideraciones-metabolicas-de-las-proteinas-bp-n57cfb26dde6c6


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